Fue presidenta de la junta parroquial de Fátima por voto popular, Fundadora de la asociación de mujeres de Fátima (1990) y de la Asociación de mujeres de Juntas parroquiales rurales del Ecuador (2003). Promotora y organizadora de la Amazonía.
Fue seleccionada mediante concurso público como Consejera Nacional del Consejo Nacional Electoral de Ecuador, primero como consejera alterna y luego como Consejera principal entre noviembre de 2017 y junio de 2018.
Escuchar hablar a Luz Haro Guanga requiere concentración. Cada una de sus frases es una consigna poderosa que da cuenta de una vida entera de trabajo comunitario y de incontables caminos recorridos en campos, veredas y montañas.
Nacida hace 74 años en la Parroquia Rural de Matus, un valle atravesado por tres ríos en Ecuador, Luz Haro ha consolidado una voz que ya no habla solo desde las montañas andinas, sino que se erige como inspiración y referencia para toda la región de las Américas.
Del nivel local al internacional, Luz Haro acumula una vida organizativa centrada en la defensa de los derechos de las mujeres rurales y la lucha por su vida digna. Un liderazgo que requiere tenacidad y paciencia pero que deja ver sus frutos cuando ha sido cultivado con cuidado y compromiso.
Así, el pasado mes de junio, Luz Haro vio cómo la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), aprobaba la Declaración por los Derechos de las Mujeres, Adolescentes, y Niñas en entornos Rurales de las Américas, una herramienta normativa que reconocía lo que ella, y otras lideresas de toda la región, han señalado sistemáticamente: existe una deuda histórica con las mujeres rurales y es hora de tomar medidas para superarla.
Pese a haber liderado desde la Secretaría Ejecutiva de la “Red Latinoamericana y del Caribe de Mujeres Rurales -Red LAC” la declaración de Derechos y del Decenio Interamericano por los Derechos de Todas las Mujeres, Adolescentes y Niñas en entornos Rurales de las Américas, Luz Haro no pudo asistir presencialmente a la Asamblea de la OEA.
“Tenía sentimientos encontrados. La felicidad de saber que habíamos llegado hasta la OEA como Red LAC, con nuestra modesta propuesta, y la frustración de no poder estar presente en Washington por no tener VISA.
Pero justo cuando prendí el computador y me enlacé, pude ver cómo el presidente decía “Aprobado”. “¡Aleluya!, grité, se ha hecho justicia con las mujeres rurales”
Del campo hasta la OEA
La Comisión Interamericana de Mujeres CIM-OEA junto al gobierno de Panamá, fueron aliados estratégicos de las mujeres rurales en el camino hacia la Declaración. “Madrinas y padrinos” los nombra Luz Haro, una red de líderes y lideresas de todos los campos que llevaron el mensaje de las mujeres rurales a sus espacios de incidencia.
Para Luz Haro, de la mano de organizaciones y liderazgos comprometidos con la igualdad para todas y todos, fue la constancia de las mujeres campesinas, indígenas, pescadoras, artesanas y más -que en el 2021 ya habían declarado autónomamente el inicio de la Década de las Mujeres Rurales- la que alcanzó lo que consideraban imposible.
“La relación con la CIM, que parecía una instancia muy distante, inalcanzable para nosotras, se ha ido gestando poco a poco gracias a la invitación de varias amigas y aliadas estratégicas del poder político que nos han ido enlazando y encontrándonos en el camino, por ejemplo, con Alejandra Mora Mora.”
Una camino que hace huella
Luz Haro se convirtió en una figura destacada en el movimiento de mujeres rurales de Ecuador, liderando la creación de grupos de apoyo en comunidades remotas y organizando talleres de formación en temas que iban desde la salud reproductiva hasta la gestión de recursos naturales. Su voz resonó alto y claro en los pasillos del poder, abogando por políticas que protegieran y empoderaran a las mujeres en las zonas rurales; rápidamente, a su voz se sumaron más y la unión de mujeres rurales en las Américas cobró más y más fuerza.
Una de las anécdotas más inspiradoras de Luz fue su participación en la Marcha de las Mujeres en 2015, que unió a miles de mujeres ecuatorianas de todas las edades y orígenes geográficos en una movilización masiva por la igualdad. Con su característica determinación, Luz compartió su historia de superación y habló de la importancia de la unidad para el cambio.
Su trabajo ha trascendido las fronteras de Ecuador, encontrando similitudes con la lucha de mujeres rurales en otros países de las Américas. Conectando con líderes de Perú, Colombia y Bolivia, ha fortalecido la red regional de mujeres rurales, compartiendo estrategias y éxitos, y forjando una solidaridad que trasciende las diferencias geográficas.
Luz Haro Guanga es una líder apasionada, cuyo amor por su país y su vida rural se refleja en cada acción que emprende. Ha demostrado que la igualdad de género no es un sueño inalcanzable, sino una realidad que se puede construir con determinación y esfuerzo. Su contribución a la lucha por los derechos de las mujeres rurales en Ecuador es un faro de esperanza que ilumina el camino hacia un futuro más igualitario.
Hoy, el legado de Luz sigue inspirando a nuevas generaciones de mujeres rurales en Ecuador y la región. Su historia nos recuerda que sin importar cuán empinado sea el camino, la perseverancia y la unidad pueden cambiar el mundo.
Luz Haro Guanga es un ejemplo viviente de que la igualdad es una causa que vale la pena luchar y su influencia perdurará en la historia de Ecuador y de toda la región: la Declaración de Derechos y del Decenio son prueba de ello.
“El trabajo continúa mientras tengamos vida. Hay que seguirle dando. Después habrá tiempo para descansar. Por ahora hay que seguir el camino.”